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viernes, 11 de enero de 2008

VALLADOLID «Vivimos entre ratas»

«Vivimos entre ratas y enfermedades y lo único que pedimos es que nos dejen entrar en estas casas pagando un alquiler y arreglándolas nosotros mismos», explica Olga Cortina, una de las mujeres que encabezan la protesta de cuatro familias gitanas de Peñafiel y Manzanillo (a pocos kilómetros) que reclaman la ocupación de las casas de los camineros próximas al cuartel de la Guardia Civil, junto a la carretera de Soria.Ellas y sus maridos volvieron ayer por la mañana a las viviendas en las que ya quisieron entrar el día anterior para toparse con algunos de sus legítimos usuarios -trabajadores del antiguo Mopu que las usan ocasionalmente en régimen de cesión- que acudieron para cerrarlas y evitar su ocupación. «Venimos en verano y la mantenemos un poco curiosa para usarla en esa época», justificaron los inquilinos de una de las casas.


Sus explicaciones, y la presencia de agentes de la Policía Local y la Guardia Civil, no convencieron a los protagonistas de la reivindicaciones. José Barrul, vecino de una infravivienda en un corral de Manzanillo, justificó que «no nos queda más remedio que hacer esto porque nos van a echar de casa y no podemos aguantar más». Su compañero Rafael Romero insiste en que «nosotros no somos delincuentes y lo único que pedimos es poder arreglarlas un poco si están abandonadas y pagar una renta que podamos asumir».José Barrul asegura que «estas casas -son ocho- llevan once años deshabitadas» y recuerda que «hemos pedido más de cien veces que nos den una vivienda sin conseguir nada en los últimos años». Por eso sus mujeres acudieron ayer por la mañana al Ayuntamiento para mantener una reunión con el alcalde, Félix Ángel Martín, en la que éste les recordó que «no nos podemos meter allí por la fuerza sin pedir antes permiso y que esperemos a que salgan dos casas de protección en las Rondas para solicitarlas», resume María del Carmen Hernández. Reunión con VadilloÉsta última y sus tres compañeras anunciaron su intención de «pedir una reunión con Cecilio Vadillo -la titularidad de las casas es del Ministerio de Fomento-» y anunció que «si no nos dan una solución pronto nos encadenaremos en las casas o en las puertas del Ayuntamiento porque no podemos seguir viviendo como ahora».El regidor explicó después que «bajo ningún concepto se puede entender que nadie se tome la justicia por su mano e invada una casa propiedad del Estado» y recordó que a primera hora de la mañana envió a los efectivos de la Policía Municipal, apoyados por la Guardia Civil, a las ocho casas de los camineros para que evitaran una posible ocupación forzosa.Tampoco sus palabras aplacaron las intenciones de las cuatro parejas, con un total de ocho hijos pequeños a su cargo, de seguir adelante con su protesta para conseguir una «vivienda digna» en la que olvidar «las humedades, los ratones» y el hacinamiento de cada familia en pequeñas habitaciones en las que duermen todos sus miembros. El alcalde sentencia que la única vía para que logren su sueño «es la legalidad».


nortecastilla.es 11 enero 2008

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